Sarrasini Circus [FORO NUEVO] | Confirmación

Se acerca La Prohibición. Ciudadanos americanos de todo el continente han corrido como alma que lleva el diablo para comprar licor masivamente antes de que terminase el año 1919, antes de que La Ley entrase en vigor. Únicamente a uno de ellos podemos ponerle nombre y apellidos: Rodiac-Raskolnikoff-Sarrasini. El galán, el pedante, el inigualable, el dueño todopoderoso del circo Sarrani. Mírale, ahí, bebiendo licor como si tuviera el mundo dentro de su copa. Esa sonrisa fanfarrona. Ese garbo caballeresco. Ese aura de crueldad que le persigue allá donde vaya, como si escucharas los aullidos de los animales a los que hace sangrar con su fusta. Ese es auténtico Gran Sarrisini. Una bestia monstruosa disfrazada de humano. Pero eso sólo lo sabemos tú y yo, querido amigo circense. Todas esas flappers que fuman con boquilla y que bailan charlestón, todas aquellas mujeres que lo siguen como si de un Jay Gatsby hecho carne se tratara, sólo ven su dinero y su sonrisa. Pero, ¿qué ves tú? ¿Cómo lo ves? ¿Desde las alturas como un amo del trapecio? ¿O desde el fango como un prescindible peón?



Todos hemos querido huir alguna vez. Huir de nuestra familia, huir de nuestros fantasmas, de nuestras angustias, de nuestros miedos, de nuestros fracasos e incluso de nuestros triunfos. Dicen que el Circo Sarasini es el lugar ideal para ello. Que bajo la carpa mueren los fantasmas que nos atormentan cada día. Que con el rugido de los leones se apagan los lamentos de nuestros corazones. Que con los saltos imposibles de los trapecistas nos abandonamos un momento a nosotros mismos tan sólo para admirar el peligro. Necios espectadores, ellos no saben lo que tú y yo conocemos: que en verdad bajo los destellos multicolores de las carpas se esconde un arco iris mucho menos romántico. Fiestas que Scott Fiztgerald envidiaría, lentejuelas, foxtrop, jazz. La corrupción de los altos cargos y su sospechoso olor a alcohol, olor a opio. Saltos mortales, espectáculo, magia. Y alguien que lo ve todo y lo escribe todo en el periódico del circo, The Circus Soul.